domingo, 21 de junio de 2015



LAS TEJONERAS DE NAVALAGAMELLA

Volveré. Dicen que dijo MacArthur cuando se vio obligado a abandonar Filipinas. Ni quitamos ni ponemos, ya que los sendaristas no estábamos en tan belicoso episodio.  Y aunque nadie diría que lo hubiésemos dicho, lo cierto es que volvimos a Navalagamella



Y que conste que ya lo decimos de corrido, eso sí, abriendo mucho la boca. Vamos NAAVAALAAGAAMEELLAAA. Principio y final de esta ruta circular, que desciende hacia el pantano de Cerro de Alarcón y luego vuelve nuevamente al pueblo.
Empezamos el día en el intercambiador de Moncloa, donde podemos ver a Adri, Pepe y Marta con muy buena disposición para empezar el día. Maribel casi no llega, ya que nos topamos con la carrera de la mujer y no veáis como estaba la estación  y sus alrededores.

 El día, ya en Navalagamella, invitaba a pasear, pero no creáis, Tuvimos nuestras tentaciones de quedar a la sombra de la marquesina. Tan ricamente.

 Tal y como dice el poeta, e incorporamos a nuestro lema, "caminante no hay camino, se hace camino al andar". Pero si haces el caminante, una vez que hace el camino, lo sube a wililoc, los que intenten reandar la ruta, deben tener mucho cuidado para no liarla parda. Y aún así.

 Pues eso. Momentos de duda, consultando planos, mapas, gps y la del caray. Vamos, como personas mayores.
 Buscando el inicio del camino, pues aunque bien está lo que bien acaba, sin un comienzo certero no vamos a ninguna parte.
 Mal que bien, o bien que mal, ahora no me caigo en cual es la fórmula que mejor encaja, fuimos haciendo camino
 Hasta llegar a el embalse de Cerro de Alarcón. Como veis muy aparente.


Tanto que mereció unas foticas. Vuelta y vuelta.


 Seguimos a la vera del pantano, seguramente los momentos más agradables y bonitos. aunque la foto no hace justicia, no podemos dejar de compartir con vosotros el romero florido.
 Y aunque sólo se ve una reminiscencia, en el susodicho pantano, había gente practicando esquí acuático. Toma ya.

Aquí la tropa. Solo falta Marta que está al otro lado de la cámara.

Abandonamos la orilla del pantano y empezamos a subir girando hacia el pueblo.
 Aquí tenéis muestra de los postes indicadores que nos encontramos a lo largo de la ruta; por más que Marta se esfuerce, mire y remire ¡No indica nada! al menos en idioma o signo entendido por nosotros los sendairistas.
 Nueva foto de grupo. Ahora sí que estamos todos: Maribel, Marta, Pepe, Adri, Jose Manuel y Jose, posando en un puente que no iba en nuestra ruta pero que merece la pena.

Y esta foto esperamos que no la vea la madre de Maribel. Ya nos parece oírla: ¡hija ten cuidado que te vas a matar!. 

 Volvimos a la ruta indicada por el GPS, pero hete aquí que el camino no ofrecía salidas. Así, mientras que indagábamos sobre cómo salir del embrollo, aprovechamos para reponer fuerzas, ya que si ha de haber problemas, mejor que te pillen con el estómago lleno.
 No obstante, Maribel no puede ocultar su preocupación (o quizá lee el periódico en el móvil, nunca lo sabremos).
 Pero al final, encontramos nuevamente la senda, para satisfacción general, muy bien expresada por Marta.
 Camino en el que seguimos encontrando muestras primaverales, como esta jara pringosa.
 Y en el que tampoco faltan enigmáticas señales.

Y para afrontar la última parte del camino, buscamos una sombra y nos sentamos a comer



 Para luego volver a, sí, decidlo sin miedo, NAVALAGAMELLA y de ahí, a Madrid y cada mochuelo a su olivo.